Llevo dos meses caminando sola y con la mirada puesta en el suelo. Cuando me voy acercando a Santiago doy la vuelta y me cruzo con los peregrinos que, como una colmena gigante, acuden a la miel para endulzar sus plegarias frente al Santo. A mí también me gustaría adentrarme en las callejuelas históricas que llevan a la plaza del Obradoiro, pero temo que el apóstol no apruebe mi visita y hasta podrían detenerme.
domingo, 29 de mayo de 2022
La rivera plateada
Llevo dos meses caminando sola y con la mirada puesta en el suelo. Cuando me voy acercando a Santiago doy la vuelta y me cruzo con los peregrinos que, como una colmena gigante, acuden a la miel para endulzar sus plegarias frente al Santo. A mí también me gustaría adentrarme en las callejuelas históricas que llevan a la plaza del Obradoiro, pero temo que el apóstol no apruebe mi visita y hasta podrían detenerme.
miércoles, 29 de julio de 2009
El verano de Vancouver
viernes, 26 de junio de 2009
Coldplay, embajadores del verano
Tras posponer en dos ocasiones a una de las bandas con más tirón de la escena internacional, Vancouver ha sido el escenario donde disfrutar del pop-rock con el que Chris Martin y sus tres colegas deleitan al gran público.
Con tanto barullo, escaleras, puestos de camisetas y mostradores de comida rápida, la espera no fue tan larga, y tal como dijeron los intérpretes de Chasing Car, los británicos subieron al escenario.
Entonces, Clock apareció en escena, siendo hasta hoy la referencia de Coldplay, algo que en pocos años podría considerarse mítico. Hubo tiempo para todo, canciones del primer disco, lanzado en el año 2000, Parachutes; mayor espacio reservado para A Rush of Blood to the Head (2002); y X & Y (2005), el álbum más corriente de todos, que podríamos decir, cuenta con un gran tema, Fix You. Por supuesto, la calidad del último trabajo donde se aprecia la madurez musical a la que Coldplay ha llegado tras diez años en escenarios con grandes temas como Cementeries of London, Viva la Vida, y cómo no, una de las más destacadas, aunque no popular, Lost.
El espectáculo rodaba sin parar mientras el vocalista iba de un extremo a otro con una voz que jamás le abandonaba. Llegaron grandes momentos para el piano con canciones rockeras como Politiks y otros más tranquilos pero de una intensidad irresquebrajable como 42, una de las mejores del último álbum. Y el gran momento llegó con la propina cuando tras despedirse, tocaron The Scientist, un tema que a día de hoy ya ha hecho historia.
miércoles, 20 de mayo de 2009
Sunshine Coast, la otra orilla
A pesar de que Canadá es el segundo país mas grande del mundo y viajar a través de él, en ocasiones se encuentra entre el sueño y la pesadilla, no todo lo bonito está necesariamente lejos. Por otro lado, Columbia británica es mucho más que Vancouver, Whistler y el conjunto de ciudades conectadas por el tren de cercanías.
Una de las opciones que ofrece la costa del oeste es la posibilidad de alcanzar numerosos paraísos, pequeños lugares con encanto poblados de legendarios árboles, osos, granjas locales, pequeñas galerías y playas secretas.
La carrera hasta el backpacker fue ni más ni menos que de 11 dólares, pero no estaba la cosa como para poner pegas. Pagué con un billete de 20 y el taxista pretendía quedase con el cambio…
Salimos por la parte delantera y sonreímos por el encanto que ofrecía el paisaje. Encontramos un buen sitio para comer y la primera indicación que sólo una persona del área puede ofrecer. Con el descenso de la comida, nuestros pies ascendían por una colina bastante empinada que nos llevó a la carretera principal, Gibson Highway, donde se encontraba el cine y los grandes almacenes que robaban una parte del alma del pequeño pueblo de pescadores. Sin embargo, continuamos caminando hasta que nuestro sentido nos pidió cambiar la ruta, giramos hacia la izquierda, y nos adentramos en Pratt Road, una carretera interminable que desembocaba en el océano.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Cigarro para llevar
domingo, 5 de abril de 2009
Nieve de transición
miércoles, 1 de abril de 2009
comunicación, IMPACIENCIA, incomunicación

martes, 24 de marzo de 2009
Esto sí que es amor
miércoles, 25 de febrero de 2009
Cine y palomitas...

- Supermercados: por lo general tienen varios modelos... palomitas con mantequilla, con bastante mantequilla y con muchísima mantequilla. Me atrevería a decir que están en el número 1 del ranking... También podemos encontrar de caramelo y/o de caramelo y sal...Esto sin olvidarnos de las palomitas con queso. Si buscas palomitas con sal de toda la vida, sólo las puedes encontrar en un lugar.
- Cine: aquí tenemos dos opciones; por un lado las palomitas con mantequilla; por otro, palomitas sin nada... a las que tienes que añadirle sal, y entonces sí, es muy probable que necesites varias botellas de agua si no quieres morir en el intento de ver la película...
viernes, 6 de febrero de 2009
Sonriendo al frío
Hoy he salido sin gorro, he sentido el frío, la brisa del oxígeno. Hoy he mezclado la escarcha con la luz de la mañana.
Entre semana, amanezco cuando aún es de noche, dentro se está bien, pero cuando salgo, en la esquina me espera una sorpresa, y aunque soy consciente de ello antes de salir, no deja de ser el sobresalto diurno... Entonces es cuando un pelotón de palabras malsonantes salen disparadas y van corriendo por mi mente...
El frío de la mañana es el mejor despertador, la alarma de incendios más efectiva y el mensaje más positivo que me recuerda que estoy viva, que estoy en Vancouver y que es una suerte que mi cuerpo camine para positivar los números negativos que invaden el ambiente.
Hoy he salido con el gorro en la mano, no me he escondido dentro de la braga que me protege la garganta, no me he encorvado para conservar el calor.
Hoy he salido mirando hacia el frente, a la izquierda para contemplar el parque con el mar detrás, también para soñar con esas casas cuyos cimientos se bañan con la humedad del Pacífico.
Hoy he salido y he disfrutado del frío, he observado a los deportistas que no entienden de estaciones y he sonreído.
Hoy he salido con el frío, cuando me estaba acostumbrando, he sentido punzadas en las orejas, parecía que se iban a caer, pero finalmente, han aguantado hasta la parada... y he sonreído cuando he visto que el autoús se estaba acercando.
martes, 16 de diciembre de 2008
Tres días, 300 artistas

He oído en más de una ocasión que el museo no es para tanto y la verdad es que discrepo un poco, pues no se puede visitar la gran pinacoteca como el que pasea por el Retiro. Si bien es cierto que cuando uno va quiere verlo todo, esto puede ser un gran error, aunque tambien hay que tener en cuenta el grado de afición y las ganas que uno le ponga.
Lo mejor, por tanto, es ir al grano. Dar un paseo está bien, pero entrar en todas las salas puede convertirse al final en un laberinto, porque en un primer momento, casi todas las obras llaman al acercamiento, conocer el autor, cuándo se pinto, los materiales, saber un poco el contexto. Eso está bien, es una sensación agradable, pero es mejor quedarse corto que observar demasiado, porque llega un momento en que miramos, miramos, pero ya no vemos nada, y lo que en un principio nos interesaba casi pasa desapercibido... tal es la borrachera que llevamos de formas geométricas con personas y paisajes...
Si buscamos un poco de información sobre Vancouver, nos encontramos con El museo de Ciencias y el Antropológico como base inicial. Lo bueno es que, una vez aquí, ves que no sólo es eso, y además de las galerías convencionales, hay que estar con los ojos bien abiertos por si hay algún evento que no queremos perdernos. La familia también juega un rol importante, siempre va a saber más acerca de la ciudad que cualquier estudiante.
Uno de los acontecimientos más destacables es el "Eastside Cultural Crawl". Se trata de un festival anual en que artistas de la zona este de Vancouver, trescientos para ser exacta, abren las puertas de sus estudios durante tres días para todo aquel que quiera visitarlo. Aunque los precursores comenzaron en 2004, cuando cuatro artistas abrieron sus estudios; el encuentro se torna oficial en 1997 con la participación de cuarenta y siete artistas. Cada año se van sumando más y más como podéis comprobar.
En este festival pasa un poco como lo que he comentado de El Prado. Es imposible verlo todo en tres días, así que lo mejor es moverse por zonas o tener muy claro qué es lo que te interesa, saber dónde está y hacerte una buena ruta. Aunque lo que más predomina es la pintura, también cuenta con cerámica, fotografía, escultura...
domingo, 14 de diciembre de 2008
Ahora, nunca a deshora
En los momentos en que me acostumbro a algo, mi consciencia se activa para recordarme que aún hay mucho por conocer, muchas calles por recorrer... y uno de esos momentos llegó cuando salí de la clínica. Puesto que iba con la idea de que las noticias serían buenas desde la noche anterior, que la doctora me dijera que no había nada roto, no me sorprendió mucho. Cierto es que una parte de mí estaba algo intranquila, pues nunca se sabe...
Con el 100% de la balanza en positivo, salí de la clínica con una amplia sonrisa. Las nubes habían abandonado Vancouver, y el cielo, azul, abierto para el sol, llenaba de vida a esta ciudad. Caminé por el tramo de una calle que nunca había visitado anteriormente y llegué a una zona que se llama False Creek, es bastante amplia y la anduve tres semanas atrás, pero justo esa parte, no.
Hablé con mi madre para comentarle el resultado de la cita, mis noticias eran buenas, pero no lo que escuché al otro lado del teléfono. Molly, nuestra perrita, después de pasarlo mal, se ha tenido que marchar... Aunque en ese momento me puse muy triste, pensé en todo lo bueno que me estaba ocurriendo. Estar en donde quiero, que finalmente no me haya partido el dedo, la suerte de poder ir en navidades a Málaga, el SOL...
Seguí caminando, componiendo los pensamientos de colores positivos. Aunque el día era frío, yo no lo sentía... la estrella amarilla calentaba los pantalones negros -que si bien en verano es lo menos recomendado, en invierno es la mejor elección-. Me iba fijando en todo lo que veía a mi paso, fotografiando con la mente aquello que más me gustaba y un nudo en el estómago reflejaba lo emocionada que estaba. Molly ya no va a sufrir más, las navidades están muy cerca, lo que me rodea es precioso, ¡estoy en Canadá!
A veces adelanto un pie, después otro, no pienso, sólo voy.
A veces camino, adelantar un pie significa avanzar.
A veces basta con observar lo que me rodea y cuando me quiero dar cuenta, paro en seco, miro hacia atrás y veo cuánto he caminado.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Eso está partido...

Después de consultar el correo, las noticias, tuenti, facebook y escuchar música; salí a la sala central, el núcleo de la escuela. Hay una mesa de billar... y haciendo lo que no debía hacer... es decir, deslizar las bolas bruscamente con tres personas más, tuve la mala suerte de recibir un golpe bastante fuerte en el dedo meñique de la mano derecha. Vi las estrellas, pero pensé que sería algo momentáneo...
Pasaron las horas y el dolor persistía...
Al día siguiente amanecí con la tercera falange morada y como algo me rozara esa parte del dedo... mejor no pensarlo. ¿Qué sucede con la gente cuando nos pasa algo?
1) El "Eso no es ná": A mí me pasó lo mismo, eso con un poco de hielo se pasa, estarás un poco molesta, pero no tienes porqué preocuparte.
Te acabas de dar el golpe, estás rabiando, pero por el momento sólo está un poco inflamado. No sabes si quedarte con las experiencias de los demás o empezar a pensar en buscar una solución más fidedigna.
2) La persona cauta: "Bueno, no tiene muy buena pinta, pero por lo que puedo ver, es una falange que si se te ha roto, no te van a tener que poner escayola. De todas formas, estate tranquila, ve al médico a ver qué te dice."
Ésta suele ser la persona que acierta, la que sí sabe algo del tema. La que piensa antes de dar sus argumentos acerca del incidente y las posibilidades que tiene la zona afectada en cuestión.
3) El médico pesimista o masa: Lo más popular es la opinión fundamentada en lo que se ve y en la certeza de la intuición que surge al ponerse en lo peor: "Uyss.... por lo morado que está, yo creo que te lo has partido... sí, sí... no te lo puedo asegurar porque no soy médico, pero casi seguro"
Entonces es cuando piensas... "pueden tener razón, es verdad que está muy morado. Uf... y en 10 días voy a Málaga, ¿cómo voy a preparar todo y cómo voy a tirar de la maleta con la escayola?"
4) La verdad absoluta: Después de un duro golpe y dos cervezas, llega una a la casa de la familia canadiense. Como en principio no le quiere dar demasiada importancia, no dice nada. Pero cuando al día siguiente se lo ve, un poco pesimista se lo muestra a la señora de la casa, y ésta, antes de escuchar, tan sólo viéndolo, muy convencida y sonriendo, dice: "Te lo has partido".
Entonces, piensas en el seguro médico, es el momento de contactar y comprobar si es verdad que tienen cobertura internacional.
Tras llamar a Sanitas y explicar mi caso y el lugar del mundo en el que me encuentro, me dicen que en una hora me llamarán, que van a buscar una clínica a la que pueda ir en Vancouver. Después de una hora y cuarto de espera, recibo una llamada de una chica muy amable que trabaja para Sanitas en Toronto. Vuelvo a explicar el caso... y espero hasta que da con el sitio al que puedo ir... Me dan cita para el día siguiente, estoy tranquila y pienso que en el peor de los casos, se trata del meñique... podría ser peor,,, el índice, dos dedos, un tobillo...
Por la noche, me toco la unión de las tres falanfes y cuál es mi sorpresa al comprobar que no rabio de dolor. Comienzo a mover el dedo y veo que puedo acercarlo hacia la palma de la mano, despacio y con cuidado, debido a lo hinchado que está... Sonrío y convencida pienso que, definitivamente, ningún hueso ha debido hacer "crash" dentro de la cúpula morada en la que se ha convertido el meñique y también pienso en la persona del segundo ejemplo, en lo acertada que creo que está.
...Y vuelvo a sonreír...
domingo, 7 de diciembre de 2008
La casualidad y la intención

Vas a la parada de autobús, a ciegas horarias, no sabes la frecuencia con la que pasa, no sabes si llegarás al mismo tiempo, un segundo antes o dos después... y sólo te queda pensar antes de girar la calle que ojalá lo veas en la parada que precede a la tuya...
Quieres cruzar la carretera, el autobús está a unos metros, quieres cruzar pero algo te lo impide,;los coches con un carril para cada sentido, uno que va, otro que viene, y entre tanto, la lluvia. Entonces, calculas el espacio entre vehículos, sabes que te da tiempo a ir al otro lado, y cuando lo estás haciendo ves que el autobús parece que está en una carrera y pretende hacer de la parada un bonus para ganar tiempo y con suerte, llegar un segundo antes a cada una de las siguientes estaciones para vencer y llegar al punto final sin pasajeros.
Haces señales de humo, está lloviendo, pero tu paraguas, horrible como es, siendo la garantía de que no se te va a perder ni nadie te lo va a robar... se abre y se cierra, mientras tus brazos se alzan pidiendo auxilio para no perderlo y así llegar puntual... Pero no hay nada que hacer, el conductor te mira y no para porque te has quedado a cinco metros de la parada... y tú, ahora con los bajos de los vaqueros mojados, notando cómo te cala por dentro, después de los nefastos malabares, te relajas y te preguntas: ¡-¿Por qué coño no ha parado!?- Pero no hay respuesta y te quedas pensando en lo injusto que ha sido, que por dos segundos te hayas quedado en tierra... ¿qué habría sucedido si tu día hubiera comenzado un minuto antes? ¿qué habría sido si al salir de casa, no hubiera estado lloviendo y por consiguiente hubieras ganado el tiempo que perdiste sacando el paraguas y abriéndolo?
Y llega el momento de regresar. Sigues sin saber el horario, la lluvia es más persistente, pero tampoco vas con mucha prisa, tan sólo tienes que llegar a casa, y con la que está cayendo, te gustaría ahorrarte el diluvio en la caminata que hay desde la parada a tu puerta. Esperas, esperas, confías en que no quede mucho para que llegue, que ojalá no haya pasado el último.. Piensas que por lo menos ahora estás en la parada y el conductor no va a poder pasar de largo, que ahora ganas tú la carrera. Piensas en la suerte, la mala suerte, el por los pelos, el casi, el azar. Piensas en los momentos en que has llegado al mismo tiempo, en los que te has quedado en tierra por un segundo, en los que te has quedado esperando una hora... en la de veces que has maldecido al transporte público... y sabes que lo que para ti es un juego o una putada, según se mire... para otra persona no es más que un trabajo con un horario fijo... que lo que para ti es incertidumbre, para otra es rutina. Que lo que para ti es casualidad, para la otra es intención... Digo intención porque lo de la casualidad y causalidad es algo que está tan manido que ya pierde la gracia... y cuando se abusa tanto de un registro como ése es que nos hemos quedado sin opciones y nos convertimos en simples jugadores de palabras muertas...
jueves, 4 de diciembre de 2008
Isla de Vancouver (Victoria)
Uno de los destinos que más me llama la atención es Montreal, pero basta mirar en un mapa para saber que se tarda prácticamente lo mismo en llegar a la Francia de Norteamérica que desde ese punto a Frankfurt, con lo que la aventura queda más en un comentario anecdótico que en una realidad. Poco más de cinco horas en un avión y has llegado a Montreal... ¡como para ir de mochileo en un autobús!
Está claro que el país ofrece más destinos, pero cercanos no hay muchos.
Me pareció muy curioso, hace unas semanas una profesora que tiene familia en Calgary, provincia de Alberta -donde el frío congela el tiempo- iba a ir a pasar unos días. Le pregunté si se tardaba mucho en llegar y me dijo: -No, sólo una hora y poco en avión. Fue muy gracioso, teniendo en cuenta que lo comparo con España... donde en poco más de una hora vas de Málaga a Barcelona por transporte aéreo y si alguien nos pregunta, decimos que está lejos. Pero aquí, eso no es distancia, claro... si tenemos en cuenta que lo de viajar en coche es casi una broma.
Vancouver disfruta del buen tiempo gracias a "Isla de Vancouver", la más grande de la costa oeste de América. Entre ambas orillas se encuentra el Estrecho de Georgia.
Por eso mismo, no sólo tenemos la opción de visitar grandes capitales y cadenas montañosas rodeadas de hermosos lagos.
En esta isla se encuentra la capital de Columbia Británica, "Victoria". Recibe este nombre por la que fue reina de Canadá y Reino Unido entre 1837 y 1901.
Cuando le dije a mi familia canadiense que estaba pensando en ir a la isla, pero más adelante porque sabía que haría sol, me dijo que ni se me ocurriera, que mis planes no pueden depender del tiempo. En eso tienen razón, la cuestión es que no me equivoqué de día sino de estación. Teniendo en cuenta que tienes que coger un autobús para ir al ferry y entonces, partir rumbo a la isla, te queda un viaje muy largo que es mejor posponer para el verano. El sitio en sí es muy bonito y da tiempo a visitarlo en un día.
Partí con dos amigas rumbo a la isla a media tarde, pero cuando nos subimos en el autobús para hacer todo lo que acabo de contar, ya era de noche... cinco de la tarde con el cuerpo de once de la noche...
Nada más llegar, nos dispusimos a buscar el albergue en que nos íbamos a quedar. El sitio en sí merecía mucho la pena, tanto el personal como las instalaciones y los clientes, todos jóvenes, proporcionaban un clima muy relajado y distendido. De las paredes colgaban cuadros con colores muy vivos; los pasillos y las puertas me recordaron un poco a la academia de arte de Caótica Ana.
Puesto que habíamos cenado en el barco, decidimos tomar una cerveza en el bar del albergue, donde esa noche tocaba música en vivo. He de reconocer que la voz del cantante no era muy allá, pero el conjunto en sí, con los amigos aplaudiendo y bebiendo, quedaba gracioso. Estaban como en casa y no tenían que mostrar nada a ningún público, sencillamente tocaban para ellos.
Para una vez que sólo queremos beber una cerveza y no comer nada... por el mismo precio tenías una tapa... así que nada, comer, comer y comer...
Ya que pretendíamos madrugar y la noche no estaba como para dar paseos... nos fuimos a dormir.
Amanecimos en Victoria con una mañana fría y nublada que amenzaba con lluvia. Tras el desayuno, nos dispusimos a recorrer el centro de la ciudad. Me gusta caminar observando todo lo que veo a mi paso, sobre todo cuando se trata de un sitio al que voy por vez primera y problablemente no vuelva a pisar. En un primer momento, no había mucho movimiento ya que era un día festivo, "Remembrence Day", fecha señalada que tiene lugar el 11 de noviembre y en la que recuerdan a todos los fallecieron en las dos guerras mundiales.
Tras encontranos con un desfile y ver el exterior del edificio legislativo, seguimos descubriendo la ciudad. Nos encontramos con una oficina de turismo y vimos que la mayoría de los lugares de mayor interés estaban cerrados. Por otro lado, la opción de visitar los jardines quedaba un poco a un lado, pues a mediados de noviembre no es una buena fecha para ver flores.
Al salir nos encontramos con un hombre muy simpático que por 10 dólares (cada una) nos dio un paseo en su pedicab, y la verdad es que fue la mejor inversión que pudimos hacer en la isla. Nos llevó hacia el barrio chino, nos dio varias fechas de los edificios históricos y los lugares más emblemáticos, también del bar más antiguo -al que por supuesto quise ir después, pero estaba cerrado-. No obstante, pude ver algo a través de la ventana y suponer que las paredes y la fachada son las mismas, pero que el lugar en sí, con los años se ha convertido en un restaurante de lujo.
A pesar de que no salió el sol y el frío era indescriptible, no nos llovió. Sin embargo, tengo la intención de volver cuando haga buen tiempo para así poder visitar los jardines, y por supuesto, el museo de B.C, el más imporante de toda la región. Tengo ganas de verlo, entre otras cosas, porque en este momento está cerrado el museo de Antropología de la universidad y es el único sitio donde se puede encontrar información acerca de las primeras naciones de Canadá.
sábado, 22 de noviembre de 2008
Y nos lavamos las manos...
Después del capítulo del Consulado, fui a la escuela para contar todo lo que había pasado. Quería una explicación y sobre todo, una solución. En un primer momento, estaban más sorprendidos que yo, al parecer siempre lo hacen de esta forma... los alumnos pagan antes de obtener el visado.
Me dijeron que mandarían una carta al Consulado para decir que han cometido un error y me tendrían que haber dado el visado. Entonces, si accedían... no tendría que ir a Seattle, pero sí a la frontera a recoger el permiso...
Al final me han dicho que no lo pueden hacer, con lo que deduzco que la gente que ha hecho lo que yo, tenía pagado el curso para estar seis meses, pero antes de pagar más, han solicitado el visado...Total, que se lavan las manos...
Después de esta deducción, las cosas me siguen resultando extrañas... hay un chico mexicano en la escuela que ha conseguido una visa para estar un año después de haber pagado el curso...¿por qué no me la dieron a mí? ¿es posible que un mal día de un funcionario te arranque un derecho?
Las opciones que me ofrecían (por decir algo);
- volver en marzo
- enviar la documentación a París
- volver a solicitar el visado en Seattle
- pasar del visado: puedes estar seis meses, entonces, volver a tu país y regresar a Canadá; al llegar al aeropuerto te vuelven a sellar para estar otros seis meses
La segunda no me queda muy clara, pues eso lo tengo que hacer cuando esté en España y no es que la navidad sea la mejor fecha para que París conceda nada.
No pienso volver a pisar el país vecino en no sé cuánto tiempo... es una situación tan incómoda que se me quitan las ganas... la verdad...
Pasar del visado es lo mejor... Lo único negativo de este punto es que quería quedarme hasta finales de julio, principios de agosto... y va a ser my complicado. En marzo haría los seis meses en estas tierras, pero en navidades estaré en Málaga y cuando vuelva comenzará otra vez la cuenta atrás hasta completar de nuevo los seis meses (así que acorto la posibilidad de estar por dos meses más...)
El 19 de enero empiezo un curso para prepara el First Certificate, así que llegaré uno o dos días antes y así me quedo hasta el 19 de julio...
Lo mejor: estaré más tiempo en Málaga
Lo peor: desconexión por más de tres semanas con el inglés
martes, 18 de noviembre de 2008
Visado, el nuevo deporte de riesgo

-Lo que buscáis está en la sexta planta, pero hasta las 7:45 no podéis subir-.
-De acuerdo, gracias-. Volvemos a salir por donde hemos entrado y esperamos.
-No, tenéis que esperar abajo-
Con cara de no entender nada, volvemos a bajar en la escalera mecánica y esperamos en el hall durante unos quince minutos.
Si eres de Europa no tienes tantos problemas para estar en EEUU y Canadá como los que proceden de Centro o Sudamérica. Lo único que has de saber es que tienes permitido quedarte seis meses como turista, -eso implica que puedes estar en una escuela, pero no puedes trabajar-. Si quieres estudiar por más tiempo o conseguir un empleo, has de solicitar la visa correspondiente. Viajar a Canadá para estudiar inglés es un destino muy acertado, sobre todo si eliges una ciudad como Vancouver. Siempre que pensamos en este país norteamericano, lo primero que se nos viene a la cabeza es el frío que hará en invierno, los interminables días de nieve, las noches tan largas y la imposibilidad de salir a la calle por las extremas temperaturas que oscilarán entre noviembre y febrero. Y por si fueran pocas razones, siempre queda pensar en lo lejos que está... En realidad, Canadá, siendo un país tan grande, alberga varias posibilidades. Vancouver, situada a orillas del Pacífico ofrece un otoño frío y lluvioso, pero ambos son soportables. Además, el hecho de que llueva con tanta frecuencia hace que disfrutes y agradezcas los días soleados más que en España.
7:45- De nuevo la escalera mecánica, la puerta de cristal, y finalmente, el ascensor. Tres personas-contando conmigo- nos dirigíamos hacia el consulado; mientras una cuarta iba hacia la octava planta. Cuál fue nuestra sorpresa al ver que no hubo parada, el ascensor pasó de largo... y entonces, el que había logrado llegar a su destino nos dijo que hacía falta una llave para que el ascensor funcionara antes de las ocho...
Estuvo muy bien encontrar a dos personas non gratas en tan poco tiempo... Menos mal que alguien había llamado a la máquina que sube y baja y y por fin, llegamos a nuestro punto de destino...
Cuando llegas al consulado, tienes que pasar por un control... Que si la chaqueta, la mochila, el móvil... es como prepararte para viajar y quedarte en tierra, ya que sólo vives lo inseguro y lo incómodo de la situación.
Lo primero que tienes que hacer es coger número, y entonces, sólo queda lo mejor, esperar...
Dado que me llamaba "12", la espera no fue muy larga, lo justo para mirar a mi alrededor, una habitación con una luz opaca, fría, enferma; y un clima tenso. Sobre todo porque hay un policía dando vueltas y mirando continuamente como si estuvieras haciendo algo malo, como si fueras a atacar en ese espacio canadiense que se encuentra en el país vecino.
Después de revisar la documentación, contar el dinero una y otra vez, pienso que después de todo, nada puede ir mal. Tanto con el chico mexicano que conocí en el autobús, Daniel; como con la española que acababa de encontrarme, el tema de conversación estaba dedicado en cuerpo y alma a la visa.
Y por fin, el panel luminoso llama a "12"; me dirijo a la ventanilla 3, y le doy la documentación a una señora no muy simpática que se encuentra al otro lado. Me dice que me falta rellenar algo, y por ese mismo motivo tengo que volver a coger número...
Ahora me llamo de otra forma, soy "30", aunque suene más lejano, es más redondo, y quién sabe, quizá de suerte... ¡No! en realidad me entró un cabreo importante que guardé para mí por tener que volver a la "máquina bautizadora" de nombres instantáneos.
Espera, espera, espera... los números ya van desordenados y el consulado se convierte en la tómbola más lenta de la historia. Y entonces, llaman a 30 y corriendo voy a la ventanilla 4, entrego la documentación, y aún faltan dos cosas por rellenar... tan sólo tengo que escribir una palabra y una fecha, que es el tiempo que puedo estar en EE.UU... menos mal que me dejaron completarlo al instante.
Cuando por fin todo parece funcionar, me da un papel en el que tengo que rellenar dónde he estudiado el bachillerato y la universidad con sus corresponientes años. Más abajo, los viajes que he realizado en la última década, cuándo, dónde y por qué.
No pasa nada, tengo tiempo, no sé cuándo van a volver a llamarme para pagar el visado... espero, espero, espero... y 30 vuelve a aparecer en el panel. Esta vez me recibe una señora mucho más simpática, le doy los 105 Usa dollars y me responde agradecida y deseándome una buena mañana. ¡Esto es otra cosa!
Entonces, vuelvo a tomar asiento, y espero, espero, espero...miro las advertencias que cuelgan de la pared:
-No comida (podrían dejarte, con todo lo que esperas, entra hambre)
-No teléfonos (estaría bien para ir avisando a la familia, amigos...)
-No pistolas (está de más que haya que dejarlo por escrito y no se de por hecho, cuando lo lees, no sabes si reír o llorar.)
Si había olvidado la razón por la que no quería estar en EE.UU, el recuerdo viene tan rápido como una bala -nunca mejor dicho-. Lo siento, pero vivir en un país donde es más fácil obtener un arma que un visado, no es mi estilo.
Quiero ir al baño, pero espero por si acaso me llaman, y el tiempo pasa... lento porque mi número no es requerido; rápido porque hay que coger el autobús para regresar a la tierra prometida. Nunca antes había tenido tanto sentido como en ese momento "Quien espera desespera". En ese tiempo, la cabeza sigue dando vueltas, imaginando cómo será entrar en una de esas habitaciones, si será igual de frío que entregar la documentación; si habrá una persona educada, si será simpática, si tendrá un mal día. También si la decisión de concederte el permiso está tomada o si el azar juega hasta que tu número entra y cierra la puerta.
Voy al baño y Murphy aplica su ley. Menos mal que el chico mexicano, Daniel, llamó a la puerta para avisarme... después de estar más de una hora esperando para la última fase, ¡LA ENTREVISTA!
-Hola
-Hola
-Estás estudiando en Canadá
-Sí
-Estás haciendo un programa que finaliza en julio
-Sí
-No puedes hacer eso.
-Con cara de sorpresa, -¿por qué?
-Has pagado un curso que dura más de seis meses antes de obtener la visa. Has estado estudiando ilegalmente en Canadá.
-No, no, la escuela me dijo... hay muchos estudiantes que hacen lo mismo que yo
-No, las reglas son muy claras, y tu escuela debería saberlo
-Yo vine para seis meses y estando aquí decidí quedarme más tiempo, la escuela me dijo...
-No, te puedes quedar hasta marzo.
-¿No hay ninguna solución, nada que se pueda hacer?
-No, en marzo te vas
En ese momento, un millón de cosas me pasaron por la cabeza, sobre todo porque me gustaría haber dicho lo que no se puede decir. Me hubiese encantado hablar acerca de la cantidad de gente ilegal que tienen en el país, el incontable número de personas que vive en Vancouver sin techo, pidiendo, bebiendo, fumando y drogánose un día tras otro...
Me hubiese gustado decir lo que pensaba acerca de la razón por la que no me concedían la visa, que más estúpida no podía ser... tan sólo porque pagué el curso antes de obtenerla... ¿es un motivo tan significante? ¿un error tan grave? puedo estar seis meses y tan sólo llevo dos, ¿cómo va a ser un mal momento para prolongar mi estancia?
En ese momento supe cuánto me gusta Canadá y su gente, pero cuánto odiaba al consulado, como en cualquier país... es lo peor del gobierno, y me entristecía un poco pensar que ese espacio de Canadá en otro estado era tan diferente a lo que conocía...
Y pensaba en mi familia, en lo mal que lo pasaría si comunicaba la noticia. En las caras que tendrían si estuvieran conmigo en ese momento, en el abrazo que me darían, en las palabras de consuelo. También pensé en lo disgustados que estarían con la situación. Y entonces, decidí no decir nada hasta hablar con la escuela y tener una respuesta. No quiero que se preocupen estando tan lejos.
Sólo me queda pensar que los que trabajan ahí también son números, un día tuvieron que serlo para obtner ese trabajo... y se lo tomaron tan en serio, y se lo creyeron tanto... que renunciaron a ser personas para ser una cifra hasta que mueran. Números que firman, que sellan, que conceden y deniegan... números vestidos de jueces; pero números al fin y al cabo...
Cuando llegué a la frontera, las preguntas fueron aún más incómodas...
-¿Por qué has ido a Seattle?
-¿Por qué vienes a Canadá?
-¿Dónde vives?
-¿Cuánto dinero tienes?
Números disfrazados de militares que se otorgan el derecho de sembrar pánico. En las fronteras no somos personas, somos sospechosos. No somos turistas, somos intrusos. No somos personas libres sino borregos en línea esperando el toque de queda.